jueves, 29 de abril de 2010

Si gritas, no convences




Controla las formas, no pierdas los papeles.


Una amiga mía, directora de una oficina bancaria, me explicaba una anécdota de la que había sido protagonista:

Estaban en plena campaña del lanzamiento de un nuevo producto financiero. Los resultados hasta la fecha no eran satisfactorios, su oficina estaba bastante por debajo de la media en la colocación del producto y había recibido una llamada del Director de Zona, presionándola. Quedaban pocos días para finalizar la campaña y debía como mínimo incrementar la venta un 40%.

La premura de tiempo la puso nerviosa. La verdad es que el producto era difícil de vender y ni ella  ni, especialmente su equipo, le habían dado plena dedicación al tema.

Sandra, así se llama mi amiga, no soporta que los números no le salgan, es persona ganadora, tiene mucha capacidad de trabajo y no le asustan los retos, por otro lado también es autoritaria y dominante.

Dirige una oficina y tiene cuatro personas a su cargo. Fuera de horario de atención al público, les llamó a su despacho. Les explicó alteradamente la situación en la que estaban en el ranking y la llamada “presionante” que había recibido del superior. Fue alzando el tono de voz,(el resto del equipo callado) cogió las estadísticas, se descontroló y las lanzó sobre una mesa, planearon varios papeles, les dió un puntapié en el aire y su zapato salió volando. A duras penas podían ahogar las risas los empleados y ella abochornada por la “escenita” pospuso la reunión.

No sé como terminó la campaña, pero sí sé cual era el tema estrella durante varios días a la hora del café.

Perder las formas, gritar para explicarnos, utilizar expresiones peyorativas o ataques verbales, provocan en los demás reacciones de defensa, enojo, descrédito y de cierre en banda.

Estudios realizados indican que las personas que reciben mensajes o críticas en un tono agresivo, u hostil, se sienten inmediatamente tensos y amenazados, su mente se aleja del mensaje que se les quiere transmitir y se centra principalmente en rehusar colaborar con el emisor y a poder ser en alejarse de él.

Transmitir con asertividad de forma clara y congruente, con respeto y educación es el mejor modo de ser convincente.

Que tengáis un buen día.
Montse


Referencia: Inteligencia Emocional de Daniel Goleman

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viernes, 23 de abril de 2010

¿Procrastinas?. Cambia de postura




Postergas acciones que sabes que debes hacer, pero por algún motivo te incomodan, te resultan tediosas o temes fracasar en ellas.

Una fuerza interior te sujeta y paraliza, quisieras actuar, sabes lo que deberías hacer, sientes angustia, culpabilidad, pero sigues ahí sentado dilatando el tiempo postergando, procrastinando. Cada vez sientes más ansiedad, el tiempo pasa, “ya tardas” pero no puedes moverte, sigues cliqueando tontamente el ordenador, revisando e-mails o haciendo zapping, con desidia, sintiéndote mal contigo mismo.

Se escriben libros, artículos, reseñas, definiendo este problema, dando pautas, trucos y consejos para combatirlo y ávidamente nosotros los leemos y estudiamos. Queremos llegar al fondo de la cuestión, encontrar la piedra filosofal que nos saque de este estado de postergación.

Añado varios enlaces a entradas recientes sobre la procrastinación, publicadas en blogs que admiro mucho. Encontraréis formas prácticas, curiosas y distendidas de abordar este tema, todas interesantes y que seguro os aportarán buenas ideas.

Procrastinar envejece de Optima Infinito
La técnica de las palomitas de maíz de El Gachupas
¿Por qué no sales del barro productivo?de Thinkwasabi
El principio de la desmotivación de GTD Bergonzini
¿Cómo evitar la procrastinación? de Dutudú
La técnica pomodoro de Hábitos Vitales

Pero muy en el fondo nuestro, sabemos que únicamente conseguiremos vencer la procrastinación con un cambio de actitud versus la acción.

Aquí os dejo mi recomendación en cinco pasos:.

Es sólo una, pero potente. Solo funciona si se pone en práctica, si solo la lees no funciona:

1.--Determina exactamente cual es la acción a efectuar. Si no está perfectamente definida es lógico que dudes en actuar. La claridad refuerza la motivación. Ayúdate de papel y lápiz.

2.-Visualiza el resultado final. Crea en tu mente una imagen clara de la meta que quieres obtener e intenta experimentar la sensación positiva que te produciría haber realizado la acción. Fija esta sensación a la imagen que has creado.

3.-Determina los inconvenientes y consecuencias que conlleva postergar esta acción. Visualízalos e intenta experimentar la sensación negativa que te produciría no realizar la acción o hacerla demasiado tarde. Fija esta sensación.

4.-Vuelve a visualizar la primera imagen de la meta ya alcanzada, procura que sea de forma grande y luminosa y que se superponga a la imagen de postergación. Sentirás de nuevo la sensación positiva y la motivación aumentada.

Es el momento de actuar.

5.- Cambia de postura física. Cuerpo y mente son partes de un mismo sistema. Cada emoción que sientes tiene una fisiología definida, relacionada con esa emoción: una postura, una manera y ritmo de la respiración, expresiones faciales y pautas de movimiento. Elije una postura pro-activa, enérgica, siéntate erguido o levántate de tu silla. Un cambio postural rápido te incita a un cambio de actitud rápido. ¡Ya estás en movimiento! ¡No pares!

Que tengáis un buen día.
Montse

Fuente referencia:Guía fácil de PNL de Schwarz/ScweppeSi te interesa leer más todavía sobre el tema te recomiendo también  mi  post:.
La pereza. Un pecado capital
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lunes, 19 de abril de 2010

los "Boreout" (aburridos) y los "Burn-out" (estresados). Simbiosis perfecta




Boreout término derivado de “bore” (aburrido en inglés) se utiliza para definir a los empleados que, sin apenas tener trabajo, simulan estar siempre muy ocupados e incluso estresados.

Burn-out término derivado de “burn” (quemado en inglés) se dice de los empleados que realmente están desbordados por estrés y exceso de trabajo.

En especial, cuando hay crisis en una empresa, ha presentado un ERE o está prevista una fusión, los empleados ven amenazados su puesto de trabajo y tratan de defenderlo con uñas y dientes.¿Cuál es la estrategia que seguirán? Cada uno optará por la más acorde a su forma de trabajar.


Existen los dos extremos.

-Los que están siempre hasta arriba de trabajo ”burn-out”:
En momentos difíciles o de cambios, las empresas acostumbran a sufrir un parón. Sea por un descenso en las ventas, sea porque a la espera de nuevas directrices, no se arrancan proyectos nuevos.
Los burn-out acusan este descenso en su bandeja de entrada y ante esta situación, lejos de bajar el ritmo y ponerse al día, se lanzan a acaparar cualquier papel que aterrice en la sección. Sienten pánico a perder su “status” de personas muy ocupadas, han de ser todavía más imprescindibles que en situaciones normales y eso sólo pueden lograrlo trabajando más, si cabe.

-Los que tienen poco trabajo “boreout”:
Su trabajo no les motiva, se sienten infrautilizados y especialmente aburridos. En situación normal ya experimentan este síndrome y lejos de poner remedio a esta situación, se las ingenian para fingir estar siempre ocupados. Cuando llega una crisis, explotarán su faceta de actor hasta límites insospechados. Como los burn-out ya se preocupan de que no tengan acceso a nuevas tareas, van a profundizar más en su papel de boreout. Montarán su paradita a modo de escenario, cuatro proyectos o incidencias pueden dar mucho de si, y con hábiles maniobras los pasarán de derecha a izquierda in “saecula saeculorum”.

Ambos forman una simbiosis perfecta, se retroalimentan y se toleran.

¿Pero y mientras tanto que ocurre con el resto del equipo? ¿Los habrá productivos en su término medio?. Los hay y sufrirán las consecuencias de esta simbiosis porque habrán de luchar mucho para mantener el equilibrio entre su productividad y  motivación  y no caer en ninguno de los dos extremos. Todo un reto.

Que tengáis un buen día.
Montse.

Referencia: El nuevo síndrome laboral Boreout de Philippe Rothlin y Peter R.Werder
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martes, 13 de abril de 2010

Parálisis por análisis



Recopilas la información, la procesas, organizas y la revisas. Te parece bien, pero podrías añadir algo más. Recopilas un poco más, lo procesas, lo vuelves a organizar y a revisar. ¿Hasta cuándo? ¿Cuándo vas a meter el pollo al horno? ¡Cuécelo ya!

Actuar y hacerlo en el momento óptimo es la clave.
La indecisión, el perfeccionismo y la procrastinación nos llevan a desaprovechar oportunidades de oro.

Un buen profesional se desmarca de uno más bien mediocre, en que además de hacer las cosas bien, las hace rápidas y en el momento adecuado.

El exceso de análisis, la inseguridad, el miedo al fracaso nos llevan a la parálisis.

¿Os imagináis a un broker que necesitara hacer comité por cada operación que se le presentara en el parket?

¿Socorristas, secretarias, periodistas, vendedores paralizados analizando una y otra vez los pros y contras de cada movimiento a hacer? Todos debemos asumir riesgos para que no se nos escapen vidas, entrevistas, negocios que pasan sin detenerse por delante nuestro y cazarlos al vuelo.

La experiencia es sin duda la mejor de las aliadas para actuar eficazmente. Pero hay personas que aún teniéndola, no alcanzan a tomar decisiones con la prontitud que debieran.

Las principales causas de parálisis son:

-Falta de formación y experiencia.
-Desconocimiento del mercado o a quién va dirigida la acción.
-Escasez de información recabada y poca elaboración del proyecto.
-Incertidumbre sobre cuál es el producto final a obtener.
-Poco apoyo de los superiores o del equipo.
-Exceso de perfeccionismo.
-Poca auto-estima y decisión.

Sigue un método de trabajo, recopila, saca tus ratios y conclusiones. Si el proyecto es factible. Márcate un timming, cúmplelo y ¡a por ello!

No sea que otro se lleve el pollo a la cazuela.

Que tengáis un buen día.
Montse
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jueves, 8 de abril de 2010

Desafío al "Principio de Peter"



"En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia" (Principio de Peter)


Según este principio formulado por Laurence Peter y Ramond Hull , una persona competente en un puesto bajo es promovida a un puesto más alto y así ascenderá hasta que se vuelva incompetente, permaneciendo en este puesto, puede que, indefinidamente.

¿Es posible desafiar al principio de Peter? ¿Cómo podemos saber nuestro puesto inmediato inferior, antes de caer en él?

¿Podemos salvarnos o irremisiblemente seremos víctimas de "Peter"?

Todos sabemos que existe un techo a nuestras expectativas profesionales. No todos llegaremos a Presidentes del Consejo de Administración, porque no estamos preparados y especialmente, porque no lo deseamos.

Yo tenía un jefe muy motivador que nos regaló a todos los directivos una placa que decía “Si lo puedes soñar, lo puedes hacer” (Walt Disney), algo parecido a la célebre frase “Yes we can” de Barack Obama. Son frases que pueden dar un empujón a tu autoestima, pero que no pueden tomarse al pie de la letra. Existe un tope. Llegar justo, justo a este tope debería ser nuestra meta. Llegar al equilibrio máximo entre nuestras aspiraciones y nuestra competencia.

Saber a que aspiramos resulta difícil, pero resulta aún más difícil saber si el nivel de nuestra competencia está acorde con nuestras aspiraciones. Más difícil todavía y es la parte más decisiva ( a no ser que seamos free-lance) es que la organización para la que trabajamos nos sitúe adecuadamente en su organigrama.

Es muy posible que hayamos sido víctimas de una promoción y hayamos pasado de ser un experto empleado a un bisoño jefe de equipo.

Es el momento de afilar las herramientas para desafiar a “Peter”:

-Auto evalúate: Estudia tus puntos fuertes y tus puntos débiles.

-Evalúa a tu equipo: Estudia sus puntos fuertes y sus carencias.

-Evalúa el sistema actual de trabajo: Estudia sus posibles deficiencias y posibles cambios a implementar.

-Establece vínculos de comunicación con tus empleados y con tus superiores. Es importante escuchar de  forma ascendente y descendente. No dudes en pedir, consejos a unos y a otros. Tu autoridad no quedará mermada.

-Adquiere conocimientos políticos, en todas las empresas existen y son distintos según el nivel en el que estás situado. Aprende a moverte en tu nuevo “status”.

-Potencia tu conciencia organizativa y tu influencia sobre los demás. La empatía y el empowerment te serán útiles.

-Oriéntate hacia objetivos.

-Si te encuentras en dificultades, el asesoramiento de un coach te puede ser de gran ayuda.


Y el tiempo dirá si has vencido a “Peter” o si él te ha vencido a ti.


Que tengáis un buen día.
Montse




Referencia: El  principio de Peter de Laurence J.Peter y Raymond Hull 
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lunes, 5 de abril de 2010

El síndrome de la rana hervida



Se dice que, si uno echa una rana en una olla de agua hirviendo, la rana saltará fuera debido a su mecanismo de defensa instintivo. Pero si metemos la rana en una olla de agua fría y aumentamos gradualmente la temperatura, la rana continuará sentada en el agua hasta quedar hervida.

Los ajustes lentos son aceptables de camino hacia un cambio importante, pero el mismo cambio realizado de forma brusca, no es bien tolerado.

Con frecuencia hay aspectos de nuestro “yo actual” que deseamos mejorar e incluso cambiar. Pero el proceso de cambio hacia el “yo ideal” se ve obstaculizado por la dificultad en obtener una imagen "precisa" de nosotros mismos. A menudo, esta imagen se distorsiona ya que de forma lenta e inadvertida vamos adaptándonos a modificaciones que apenas son perceptibles, hasta que el cambio se hace totalmente evidente.

Normalmente no nos damos cuenta de cuanto han crecido nuestros hijos hasta que les hemos de comprar zapatos nuevos o viene a visitarnos un pariente, que hace meses que no vemos y se queda boquiabierto al comprobar lo que han cambiado.

También es frecuente que, al acumular un par de kilos, decidamos posponer el inicio de una dieta para unas semanas más tarde y puede que este par de kilos se conviertan en un par de tallas más. El autoengaño y la complacencia juegan un papel muy importante en este caso.

Personas con preparación para ocupar un mejor puesto de trabajo o emprender un negocio posponen tomar una decisión al respecto, se auto-engañan pensando en hacerlo más adelante, se aclimatan en su zona de confort y cuando se dan cuenta el mercado de trabajo ha variado, su edad ha aumentado, y ya no están tan bien preparados.

¿Hay algo acerca de nosotros que en una ocasión dijimos que no dejaríamos que pasase, pero que ha sucedido? Las transiciones en la vida o en la carrera profesional pueden ocasionar cambios en el comportamiento que pasen desapercibidos hasta que interfieren de golpe en el funcionamiento cotidiano.

Para no quedarnos “hervidos” es importante saber tomar conciencia real de nuestra imagen, forma de actuar y de relacionarnos con los demás.

Autoevalúate con rigor. Sin condescendencia. Observa como te ves, que deseas mejorar y que aspectos de ti deseas mantener.

Pregunta a personas de tu entorno más cercano, qué opinan de ti y que consideran deberías mejorar. Esta opinión, si es sincera, te servirá para vislumbrar qué imagen tienen los demás de ti, y poder cotejarla con la tuya propia.

Cuando notes cualquier desvío en tu comportamiento que se aparte de tu objetivo, endereza tus hábitos lo más rápido posible.

No procrastines tareas. Sigue rigurosamente tu planning de trabajo.

Cuida tu salud, tu dieta y tu imagen. No esperes a estar enfermo o viejo para hacerlo.

Mantén ordenada tu casa y tu escritorio. No te laxes en la intendencia, podrías habituarte y considerar normal no bajar diariamente la basura o dejar siempre tu cama por hacer.

Observa tu entorno, puede ser que se produzcan cambios a nuestro alrededor y no nos demos cuenta de ellos hasta quedar…………..  hervidos.

Que tengáis un buen día.
Montse



Fuente referencia: Inteligencia Emocional en el trabajo de Daniel Goleman y Cary Cherniss

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