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viernes, 31 de marzo de 2017

En qué somos mucho más buenos los humanos







Hace escasas semanas el Parlamento Europeo ha aprobado una Resolución sobre la regulación jurídica de los futuros robots civiles avanzados.

En la Resolución aprobada se considera que la humanidad se encuentra a las puertas de una era en la que robots, androides y otras formas de inteligencia artificial,  cada vez más sofisticadas,  están a punto de desencadenar una nueva revolución industrial – llamada industria 4.0- que afectará a todos los estratos de nuestra sociedad. 

En esta Resolución, se ha introducido una propuesta novedosa, que es la de otorgar a los futuros robots autónomos sofisticados una "personalidad jurídica" y la consideración de "personas electrónicas". También se ha apuntado la necesidad de establecer un seguro obligatorio para los robots , un registro, una Agencia europea, una Carta sobre la robótica, y los principios fundamentales éticos que habrían de seguir los diseñadores robóticos  (beneficencia, no maleficencia, autonomía y justicia).


Esta resolución no  es vinculante ni tiene consecuencias jurídicas, únicamente pide a la Comisión que "estudie el tema". 

domingo, 27 de abril de 2014

El efecto multiplicador de nuestros hábitos productivos





¿Por qué es difícil cambiar hábitos? ¡Por qué cuando dejamos de ejercer presión o esforzarnos, tendemos a volver a la posición inicial? En realidad los hábitos son parte de nuestro sistema de comportamientos. Aunque no nos gusten, están conectados a muchas otras partes de nuestra vida. No es el hábito o la conducta concreta lo que tiene mucha fuerza, la resistencia proviene de todos los demás hábitos y experiencias a los que está vinculado.
Si adquirimos hábitos productivos, pero sin conexión entre ellos, estamos optimizando algunas partes de nuestras tareas y actividades, pero no podemos aprovecharnos de la sinergia que emerge de un sistema organizado.

viernes, 22 de febrero de 2013

Actitud y aptitud. Simbiosis perfecta





El poseer un elevado C.I. u obtener buenas calificaciones académicas no nos garantiza triunfar en la vida. Si bien la aptitud y el conocimiento para realizar una tarea son importantes, no siempre son los únicos factores determinantes de que ésta se desempeñe con éxito.

viernes, 11 de enero de 2013

Hay tácticas y tácticas (II parte)




Como continuación a mi anterior post sobre tácticas, ahí va unas cuantas más. La mayoría son conocidísimas y con frecuencia se usan de forma instintiva. Las que detallo seguidamente se usan principalmente en el mundo empresarial, aunque pueden tener utilidad en otras circunstancias. 
Os insto a que incluyáis en vuestros comentarios tácticas y estrategias que conozcáis, cuál es su utilidad y si son loables o deleznables. Hay que tener en cuenta que cada táctica es útil en un determinado contexto, pudiendo ser eficaz o inevitable en algunos casos y en otros, su uso, totalmente despreciable. La ética debe marcar los límites.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Hay tácticas y tácticas (I parte)






Cuando lograr un objetivo no depende exclusivamente de nosotros e intervienen en el proceso más factores y personas, será preciso planificar las acciones a llevar a cabo, teniendo muy en cuenta las posibles reacciones de todos los que intervendrán  en el proceso.

A estas planificaciones se les llama estrategias.

viernes, 2 de septiembre de 2011

Silbando al trabajar. Humor productivo



Un entorno laboral estimulante y divertido potencia la energía individual y la satisfacción en el trabajo. La gente que se divierte trabajando, normalmente trabaja más y obtiene mejores resultados.

Todos hemos oído que el sentido del humor es un antídoto contra el estrés y la ansiedad. El buen humor genera emociones positivas que nos animan, crean ilusión y potencian la creatividad.
Pasárselo bien en el "curro" puede ser un catalizador para aumentar la motivación y la productividad personal y en consecuencia, la creatividad y resultados de cualquier empresa.

sábado, 18 de junio de 2011

La magia del Empowerment. Resistencias y etapas



Hablar de “empowerment" siempre resulta atractivo. Es un término muy en boga, misterioso, intangible,  mágico.

Dar "empowerment", implementar "empowerment", estar en proceso de  "empowerment",…. parece que va a transformar la vida de los afectados. Incluso a veces puede crearse una especie de euforia y pensar que a partir de ahora todo será posible. Un ayudante del departamento de marketing puede pensar que podrá hacer de Director de Marketing y un operario de producción se imagina montando su propia subsección dentro de producción. Nada más lejos de la realidad.

Conceder más atribuciones y autonomía no se puede transferir de la noche a la mañana como si dispusiéramos de  una varita mágica..

El "empowerment" implica una nueva filosofía de trabajo en donde las estructuras piramidales se derrumban para dar paso a una organización más plana en donde la confianza es uno de los pilares fundamentales, "el empowerment" no constituye una simple delegación de tareas y responsabilidades, si no que consiste en guiar a la gente para que se conviertan en "gerentes" de su puesto.

Actualmente las decisiones en la empresa deben tomarse de forma muy rápida, las comunicaciones deben ser muy fluidas. Los mercados demandan líneas de productos más diversificadas y de un ciclo de vida más corto y la competencia es feroz. Esto implica la necesidad de procedimientos de dirección más eficientes y rápidos para atender las necesidades de los clientes y obliga a facilitar la toma de decisiones en niveles más bajos de la organización.

Términos como “círculos de calidad”, “mejora continua”, “gestión del rendimiento”,grupos de trabajo autodirigido”, “cliente interno”, “gestión por competencias”……. engloban la filosofía del "empowerment". y se encuentran en todos los manuales de Management y muchos directivos hablan de su implementación en sus empresas. ¿Pero es fácil? ¿Sucede realmente? Desde luego en una empresa dirigida a la antigua usanza con fuertes estructuras jerárquicas, será muy difícil y lento. Habrá que desaprender viejos estilos de dirección y adoptar nuevas formas de comunicar, dirigir, ordenar y entrenar.

RESISTENCIA

No a todo el mundo le resulta atractivo el "empowerment" y opondrá resistencia.

Los directivos muchas veces piensan que conceder atribuciones a los empleados implica desorden, mala gestión, errores y caos y especialmente no están muy dispuestos a ceder poder, pues piensan que es una forma de perder status y quien sabe, si la silla.

Tampoco los empleados están siempre dispuestos a ver en el "empowerment" algo positivo. Muchos necesitan estabilidad y orden y encuentran duro y penoso tener que tomar decisiones y tener más responsabilidades. Muchas personas trabajan por debajo de sus conocimientos y posibilidades y no utilizan todo su talento y potencial, aunque tengan libertad de hacerlo.

Implantar "empowerment" es lento, requiere desaprender comportamientos y creencias y acoger un nuevo estilo de trabajo.

El directivo dispuesto a conceder "empowerment" se encontrará con tres categorías de colaboradores:

El equipo A
Este grupo está integrado por aquellos que el directivo considera competentes y fiables y que necesitan poco apoyo para hacer las cosas bien. Son los preferidos de los jefes y por tanto los que reciben mayor atención, información y feedback. Cada vez se les implica más y sus rendimientos aumentan y mejoran.

El equipo B
Las personas de esta categoría son aquellas a las que los directivos todavía no conocen muy bien, sea por que llevan poco tiempo, no destacan o su trabajo no se sabe muy bien cual es. No han llamado todavía la atención de los jefes y por tanto éstos no se han formado todavía una opinión sobre ellos, en cuanto a capacidades e implicación.

El equipo C
Ahí van las personas consideradas como de capacidad limitada y con falta de compromiso. Los jefes no los encuentran fiables y los evitan si pueden. Normalmente reciben poco feedback y se les encomienda las tareas más fáciles y rutinarias. En consecuencia su rendimiento es mínimo.

Para capitalizar el "empowerment" el jefe debe partir de la premisa de que todo el mundo es “capaz de mejorar” y la tarea del líder es encontrar la forma de potenciarlo.

ETAPAS

Habrá que ir por etapas:

Según el cuadro de abajo la delegación se hará por etapas. El directivo realizará en cada etapa las acciones que están en negrita y el empleado se responsabiliza de las subrayadas en amarillo.





Etapa 1
Es apropiada para gente con poca experiencia. Habrá que decirle que resultados se esperan, lo que hay que hacer y cómo hacerlo.

Etapa 2
Es apropiada para personas con un nivel de experiencia creciente aunque todavía limitado u para personas que carecen de motivación. El jefe especifica resultados y que hay que hacer y el empleado sabe ya como hacerlo o como averiguarlo.

Etapa 3
Para personas experimentadas y motivadas. El jefe describe los resultados a obtener y el empleado ya determina que hay que hacer y cómo.

Etapa 4
Para personas capaces de trabajar de forma independiente y que disfruten con ello. Se les debe dar tanta responsabilidad como puedan soportar. (:-D

Existen cuatro niveles de iniciativa, cada uno de los cuales se corresponde con un grado de disminución de control de la dirección.

Ya que la iniciativa no se puede dar, lo único que se puede hacer es crear las condiciones necesarias para fomentarla.

Proporcionar a las personas toda la información que necesiten para realizar su trabajo. Comunicar por qué es importante su tarea y mantenerles al corriente de los resultados.

Exigir un poco más asignando a las personas tareas cada vez más ambiciosas. Incrementar sus habilidades paso a paso. No todas llegarán a ser excepcionales, pero todos pueden mejorar.

• Establecer un ambiente positivo y de estímulo. Esperando lo mejor y declarar abiertamente las expectativas positivas que se tienen sobre los resultados.

El "empowerment" es un proceso de liberación de los talentos y capacidades de las personas. Las personas trabajan mejor y son más productivas cuando sienten que tienen el control de su entorno y disfrutan de autonomía. El objetivo será que el mayor número de colaboradores lleguen a pertenecer al equipo A. Se requiere tiempo y formación, para que la magia se produzca.

Que tengáis un buen día.
Montse.

Referencia: Manual del Empowerment  de Terry Wilson Editorial  Gestión 2000 


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martes, 1 de febrero de 2011

Motivando. Las zanahorias y sus clases




Con frecuencia el rendimiento depende más de la motivación que se tiene para hacer una tarea que de la propia aptitud para desempeñarla.

¿Qué nos mueve a hacer algo? ¿Qué nos motiva?

En general nos inclinamos por las acciones que nos aportan una recompensa y tratamos de eludir todas las que nos pueden ocasionar un castigo o molestia.

Pero la escala de valores varía mucho de unos individuos a otros y lo que motiva a unos, deja indiferente o repele al resto.

En tiempos de esclavitud, el único elemento motivador era rehuir el palo, no había zanahorias. Todo cambió con el trabajo remunerado y los patronos, capataces y jefes han recurrido a aplicar variedades de castigos y premios para lograr que los obreros y empleados sean más productivos.

De ahí surgió el interés en saber que clase de zanahorias son las que producen un efecto más motivador, cuando hay que darlas y a quién.

Vamos a hacer “culturilla” de algunas teorías.

"El dinero y la pereza"
Taylor lo tenía claro:
Según él hay dos motivadores:
El dinero y la pereza. "Cobrar lo más posible, haciendo lo menos posible" es lo que motiva a los obreros.
Taylor ve al salario el gran (y casi el único) motivador, por lo que diseña sistemas de retribución variable a prima,. Para él, el hombre es, por naturaleza, perezoso e intenta escudarse en ello para realizar lentamente su trabajo haciendo creer al empresario que está dando lo mejor de sí. De ahí que se deben medir los tiempos y los movimientos de estos trabajadores para estudiarlos y encontrar la mejor combinación de movimientos musculares para elevar la producción y, también, dar uniformidad a los procesos. El taylorismo generó un profundo malestar entre los trabajadores, que se opusieron a él por todos los medios a su alcance hasta conseguir que restringiera al máximo su aplicación.

“Sentir el aliento en el cogote”.
En la década siguiente a Taylor, Elton Mayo realiza investigaciones que le llevan a la conclusión que el confort físico y el reconocimiento social en las condiciones laborales aporta al trabajador satisfacción y aumenta su productividad.
Mayo hizo un experimento, que más tarde se denominó El Efecto Hawthorne en una fábrica para cuantificar la productividad de las trabajadoras. Estudió el grado de iluminación habitual y lo aumentó. El resultado fue que la productividad aumentó. Volvió a repetir el proceso y la productividad volvió a aumentar. Una vez más la aumentaron y la productividad siguió aumentando. Entonces, decidieron descender el grado de iluminación y lo asombroso fue que la producción siguió aumentando; siguieron bajando la luz y la productividad seguía en ascenso. La conclusión fue que las trabajadoras no respondían a los cambios de iluminación, sino reaccionaban a que sabían que alguien les prestaba atención. Saber que el jefe te está mirando, te motiva a trabajar más. Es lo que se llama “sentir el aliento en el cogote”.

"Subiendo por la pirámide"
Maslow definió en su pirámide las necesidades y motivaciones básicas del individuo de una manera jerárquica, colocando las más básicas o simples en la base de la pirámide y las más relevantes o fundamentales en la cima de la pirámide, a medida que las necesidades van siendo satisfechas o logradas surgen otras de un nivel superior o mejor. En la última fase se encuentra la «autorrealización» que no es más que un nivel de plena felicidad o armonía.

"Si están y si no están"
Herzberg desarrolló la teoría de que existen dos tipos de motivadores:
  • Saciables o higienizantes:
  • Los factores higienizantes (saciables) cuando NO están, son causa de desmotivación, pero SI están,  nunca llegan a generar satisfacción y motivación por si mismos. Dejan de actuar como motivadores en el momento en que estan razonablemente atendidos Ejemplos: salario, relaciones con el jefe y con los compañeros, política y organización de la empresa, instalaciones, horario, vacaciones. Eso explicaría que haya empresas con un rendimiento muy bajo, teniendo sueldos fabulosos, instalaciones de lujo y horarios flexibles.
  • Insaciables o motivadores:
  • Si NO están puede que no efecte, pero SI están, motivan: Afecto, logro, autoestima, autorrealización de los cuales nunca tenemos bastante y, aunque estén atendidos, siguen siendo poderosos motivadores del comportamiento humano. Son insaciables. La experiencia demuestra que a veces se puede trabajar con más ilusión con menos factores higiénicos - medios físicos, instalaciones pobres, bajos sueldos, etc.- si están presentes los factores motivadores. De ahí que sea fundamental activar componentes como el reconocimiento, la participación, la comunicación, la responsabilidad, etc.
"Teorías X e Y de McGregor"
Douglas McGregor describió dos formas de pensamiento de los directivos a los cuales denominó teoría X y teoría Y. Los directivos de la primera consideran a sus subordinados como animales de trabajo que sólo se mueven ante el yugo o la amenaza, mientras que los directivos de la teoría Y se basan en el principio de que la gente quiere y necesita trabajar.
Los trabajadores se comprometen con los objetivos empresariales en la medida que se les recompense por sus logros, la mejor recompensa es la satisfacción del ego y puede ser originada por el esfuerzo hecho para conseguir los objetivos de la organización.

"La teoría Z de William Ouchi"
La teoría Z sugiere que los individuos no desligan su condición de seres humanos a la de empleados y que la humanización de las condiciones de trabajo aumenta la a autoestima.Trabajar en equipo, compartir los mismos objetivos, disfrutar lo que se hace y la satisfacción por la tarea cumplida son características de la cultura Z que abren las posibilidades de mejorar el rendimiento en el trabajo.
Se trata en definitiva de valorar adecuadamente a los empleados y reconocer su aportación, estimular la comunicación, el respeto mutuo y la relación a largo plazo, promover la mejora continua en todos los niveles de la empresa, y fomentar una cultura participativa y basada en las relaciones humanas.

"El efecto Pigmalión"
Robert Merton designó con el nombre de “ Efecto Pigmalión” las consecuencias que generan sobre el comportamiento de una persona las expectativas y creencias que se tienen de ella. Si percibe que se le valora poco o que es tratada con desconfianza, esto se reflejará en sus acciones posteriores, mostrando resultados mediocres. Si, por el contrario, percibe que sobre ella se deposita confianza y se le trata con consideración, su desempeño mejorará notablemente.


CONCLUSIONES

  • El palo aunque actualmente se le considera políticamente incorrecto, se ablanda y se oculta, pero se sigue usando.
  • El dinero es motivador. Todo el mundo trabaja para recibir unos ingresos, pero si éstos aumentan mucho, mucho, nuestra motivación no aumenta mucho mucho.
  • Sentir el aliento en el cogote. Cuando el jefe nos mira, trabajamos más, pero entonces para contrarrestar, cuando deja de mirarnos, nos relajamos e incluso nos tomamos un descanso.
  • Subir por la pirámide. Si se tiene un propósito y le damos un sentido a nuestra vida, intentaremos ir subiendo hasta nuestra autorrealización.
  • La teoría x : Es palo clarísimo.
  • La teoría y: busca zanahorias que estimulan la realización personal
  • La teoría z: busca zanahorias que incentiven la mejora, la participación y creatividad.
  • Y por fin Pigmalión
  • Aplicado en su vertiente positiva. Fomentar la confianza y las expectativas en las habilidades del personal.La zanahoria del “Tú puedes”. La más efectiva.



Que tengáis un buen día.
Montse

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lunes, 24 de enero de 2011

Polifacéticos. Los más preciados



Comerciales que introducen sus pedidos en el PC y hacen el seguimiento post-venta, ingenieros que asumen tareas comerciales, administrativos que atienden clientes. Cada vez más los cambios de mercado y las exigencias de la propia empresa están obligando a muchos trabajadores a mostrar su cara más polifacética y a cambiar de funciones según las necesidades de la compañía y en muchos casos, a asumir varias a la vez.

Los candidatos “todoterreno” capacitados para desarrollar actividades diferentes de las estrictas de su especialización, son muy valorados en los procesos de selección.

Ante todo ser un trabajador polivalente implica una actitud y predisposición a asumir tareas distintas, pero también es necesaria la formación. A menudo los conocimientos y habilidades de un trabajador resultan insuficientes para asumir diferentes funciones. Por eso, independientemente de la especialización profesional que se haga, siempre resulta útil seguir algún tipo de formación complementaria de carácter más general. Las empresas deben facilitar este desarrollo formativo. Cursos de atención al cliente, calidad, ofimática e incluso de organización y gestión del tiempo, son herramientas que potencian la optimización de los recursos humanos, permitiendo una mayor rotación de desempeños.

En época de crisis, en que las empresas para sobrevivir deben adaptarse a mercados muy cambiantes, precisan de empleados de especialización flexible. La flexibilidad funcional se apoya en la cualificación, polivalencia y versatilidad de los trabajadores y permite adaptarse a las necesidades de producción y a los cambios rápidos en fabricación y oferta de productos y servicios.

El trabajo en equipo, la aportación de ideas y la implicación de los trabajadores, facilitan la innovación permanente y la diferenciación que exige un mercado cada vez más competitivo.


¿Qué se puede hacer para ser polifacético?

Ante todo tener "amplitud de miras"
  • Cambiar el paradigma de la especialización. Podemos ser buenos en algo, pero también podemos serlo en otras cosas.
  • Participar en cursos que implemente la empresa, aunque éstos no sean de carácter obligatorio. En estos cursos no hay que valorar sólo la formación que se imparte en ellos, sino también la oportunidad de compartir, experiencias e inquietudes con otros colaboradores de otras áreas de la empresa. Nos darán una visión distinta de la misma.
  • No negarse en rotundo a un cambio de competencia. Hay que analizar cada caso. La polivalencia fomenta la rotación en espiral en las organizaciones. Puede que si muestras habilidad en un cargo puedas desempeñar y ser promovido a uno superior no relacionado directamente con el área en que estabas. Tu perfil puede dar mucho de si. ¿Quién dice que un buen contable con don de gente no puede ser un buen comercial?
  • Estar disponible a efectuar rotaciones del puesto de trabajo y a ampliar nuestros conocimientos. Desenvolverse en varios departamentos nos ayuda a conocer mejor la organización de la empresa y quién dice que no haya una reestructuración y tu departamento actual desaparezca. Cuantas más áreas conozcas más preciado resultas. 

Pero no nos engañemos, ser polifacético también tiene sus peligros. 

Algunas empresas malinterpretan la multifuncionalidad, tergiversando el concepto de polivalencia. Esto ocurre cuando las organizaciones, asignan funciones propias de varios cargos a una sola persona, ahorrando dinero y pagándole un solo salario. 

El trabajador polivalente no es “el chico para todo”, sino el que tiene la habilidad de realizar actividades distintas a las enmarcadas por su especialización, sin menoscabo de estar bien evaluado y con una remuneración acorde a las funciones desempeñadas.

Mientras en el pasado se requerían verdaderos especialistas que supieran mucho de pocas cosas, ahora las demandas son de trabajadores que sepan muchas cosas aunque quizás con menos profundidad, que tengan gran capacidad de razonamiento y de análisis, de adaptación tecnológica, y de solución de problemas.

En definitiva, diamantes pulidos.

Que tengáis un buen día.
Montse
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