Conseguir un enfoque positivo y relajado de la vida, que nos haga más productivos y sin estrés, es el objetivo de GTD. Incluso llevado a su exponente máximo de perfección, debería permitirnos experimentar la libertad de disfrutar de una mente como el agua.
Sin embargo el camino no es sencillo, aunque el método en si lo es. GTD sigue unas pautas lógicas, muy parecidas a la planificación natural que nuestro cerebro utiliza; no precisa de herramientas sofisticadas y es aplicable por cualquier persona y circunstancia.
La primera etapa de Recopilación resulta, casi siempre, muy gratificante. La gente empieza a anotar toda clase de cosas que nunca habría sido capaz de capturar antes. Bandejas de entrada, listas de todas clases y material de archivo adquieren un papel predominante en sus casas y oficinas. Se sienten alborozados. Las tareas “al expresarlas”, apuntarlas o recogerlas se ven de otra manera. Al vaciar la mente se sienten aliviados y con mayor control.
El mundo es el mismo, nada ha cambiado en el exterior, sin embargo nuestra percepción es distinta y más relajada.
¿Qué ocurre a partir de aquí? ¿Porqué mucha gente fracasa con GTD?
Para mí los principales obstáculos que impiden seguir de forma integral el método son, como en casi todo en la vida, los malos hábitos adquiridos y la resistencia al cambio.
INSTALARSE EN LA PRIMERA ETAPA: CAPTURAR
Muchos se quedan en esta primera etapa, recopilan y hacen listas de forma disciplinada. Realmente sus vidas han mejorado, pues han obtenido un mayor control y trabajan con menos estrés. Muchos afirman utilizar GTD, cuando lo único que hacen es confeccionar listas. Yo misma, cuando descubrí el método, afirmé que yo ya lo utilizaba sin saberlo. Incluso escribí un post explicándolo. Ha llovido desde entonces y por suerte he avanzado mucho en la implementación de GTD.
NO SER RESOLUTIVO PROCESANDO
Aunque muchas personas hayan adquirido el hábito de capturar todo lo que se apodera del espacio de su mente, parecen resistirse a tomar la decisión de procesar lo que han recogido. David Allen en su libro Haz que funcione habla de esta etapa como: Aclarar.
Efectivamente, hay muchas cosas que posponemos, porque intrínsecamente tienen un significado emotivo para nosotros y mientras están aparcadas evitamos hacerles frente. ¿Qué hacer con la ropa de tu ex, las fotos viejas de familia, el mail de confirmación a una invitación que te incomoda?
Aclarar sentimientos, ser resolutivo y desapegarse nos hará avanzar.
NO DESCOMPONER ADECUADAMENTE LOS PROYECTOS EN ACCIONES
Otro de los obstáculos más frecuentes es no descomponer adecuadamente las tareas en acciones próximas. ¿Cuál es la acción siguiente?. Esa es la pregunta más importante en cualquier cosa que se ha recopilado y si se responde de forma adecuada nos da la clave fundamental para organizarse. Desgranar los proyectos en próximas acciones físicas, nos permitirá decidir de forma exacta lo que hay que hacer, delegar o posponer.
NO HACER REVISIONES DEL SISTEMA
Todo ello precisa de una mejora continua. No es posible iniciar este sistema e ir avanzando sin ningún traspié. Las revisiones periódicas son imprescindibles. Adquirir el hábito de reformular y refrescar tu sistema constantemente, te permitirá hacer los reajustes necesarios para evitar desviaciones. En esta revisión periódica es dónde debemos ser más críticos y sinceros con nosotros mismos. Si el archivo anda mal o el proceso de tu bandeja de entrada no es fluido, piensa cuál es el hábito que te inclina a ello y cual es la próxima acción física que debes hacer para desaprenderlo.
El sistema no es rígido, se adapta, avanza y mejora con nosotros.
El final del camino, seguramente no existe, pues siempre en productividad, habrá algo que mejorar y camino por recorrer.
(Por cierto, si conocéis de alguien que haya llegado al estadio de mente como el agua, no dudéis de comentarlo en el blog)
Que tengáis un buen día.
Montse
Referencia: Haz que funcione de David Allen Alienta Editorial
Otros artículos que te pueden interesar:
El secreto de fluir. La próxima acción
Procesar. La parte emotiva de GTD
Mente como el agua. Mente como el hielo
ResponderEliminarHoy hace exactamente un año que navegando me encontré con este blog y ¡sigo vivo! ;-)
Este fué el primer artículo que leí sobre GTD y me animó a implementarlo en mi vida privada y profesional. En el proceso he dado bastantes traspiés. A merecido la pena.
Sigo puliéndolo, aunque para mí lo más gordo está hecho: conseguir divertirme con cada uno de los cinco pasos.
Las revisiones me encantan, es como sentir el viento en la cara: ¡se mueve, avanzamos!.
Gracias Montse y hasta la próxima,
Pablo Rodríguez
@Pablo Rodríguez ¡Genial! me alegro mucho de haber tenido parte en tus inicios de GTD y que sigas con ello después de un año. Como todo necesita constancia y práctica para mejorar el método, pero los beneficios se notan en seguida. Dices que disfrutas con las revisiones, esta es la clave de seguir adelante. Muchas personas descuidan esta parte del método y les falla y...... mueren en el intento. Un abrazo.
Eliminar¡Inspirador! Gracias Montse.
ResponderEliminar@Aida Bello Canto. ¡Gracias a tí Aida, por pasarte por el blog y comentar! Saludos.
ResponderEliminarMi despacho parece producto de un saqueo de barbaros y mi mente funciona como extiguidor de fuego... necesito poner orden en mi vida laboral y personal..... ayudame GTD!!!!
ResponderEliminarEspero poner orden en mi vida laboral y mi vida personal con esto.... mi despacho parece que fue saqueado por los barbaros y mi mente trabaja como exinguidor de fuego.....
ResponderEliminar