Todos hemos observado que 100 euros en un bolsillo siguen distinto
camino que 100 euros en otro bolsillo; aunque los propietarios de estos respectivos
bolsillos sean personas de un mismo
nivel adquisitivo y con unos compromisos sociales parecidos. Según Maslow la satisfacción de las necesidades
fisiológicas básicas dan paso, una vez cubiertas éstas, a desarrollar necesidades y deseos más elevados. Es
evidente que si padecemos hambre o no tenemos cobijo y nos encontramos cien
euros, los emplearemos en comprar comida o mantas, pero aún así no adquiriríamos
todos, si pudiéramos elegir, la
misma clase de sustento y abrigo.