Tomar las uvas al compás de las doce últimas campanadas del
año, es una tradición muy arraigada en España. Dicen que tomar una uva y
formular un deseo por cada una de las doce campanadas, trae buena suerte y que
los deseos que se formulan se harán realidad.
Parece ser que esta tradición se inició en 1909 cuando los
agricultores levantinos de Murcia y Alicante, encontrándose en ese año con
excedente de uva y con objeto de sacar al mercado la producción, se
“reinventaron”, como se diría ahora y lograron introducir la costumbre de tomar
las “uvas de la suerte” en Nochevieja, convirtiéndose, desde entonces, en una
consolidada tradición.