viernes, 8 de febrero de 2013

Ser productivo. Algo subjetivo





Cuando nos referimos al término “ser productivos” nos encontramos con diversas interpretaciones. Las empresas evalúan la productividad de sus empleados, o bien mediante sistemas taylorianos o bien a través de aplicaciones que evalúan la consecución de objetivos.  Sin embargo, cuando nos referimos a la productividad propia, personal, como algo inherente a nuestra identidad, el término varía bastante.


Generalmente uno se considera a sí mismo productivo, cuando genera y lleva con éxito muchas actividades y proyectos. “Hacer más con menos” es la fórmula preferida y más común de definir  mejoras en la productividad. ¿Pero hacer exactamente qué? Con frecuencia nos referimos o imaginamos a una persona productiva como una persona dinámica, con una agenda repleta de compromisos, que trabaja “full time” y parece atender todos los campos de su vida profesional, familiar y social. Reuniones, eventos, contactos, redes...  Personas que disparan sobre todo lo que se mueve, pero en el fondo puede que no tengan muy bien definido cuál es el blanco al que le quieren dar.

Vivir ocupado no significa vivir con sentido. Para ser realmente productivo hay que darle sentido a nuestras acciones y proyectos.

Difícilmente podremos saber si cumplimos con nuestros objetivos personales, si éstos no están bien definidos y es probable que la rutina diaria nos disperse y llegue a difuminar hacia donde realmente queremos ir.

Clarificar nuestros valores y metas nos permitirá alinear de forma congruente pensamientos-sentimientos y acciones y conseguir que todos vayan en una misma dirección.   

David Allen nos habla de la importancia de hacernos la pregunta ¿por qué? Con frecuencia caemos en una dinámica de hacer cosas sin detenernos a pensar en la utilidad que puedan tener y su conexión con nuestras intenciones reales y originarias.  ¿Por qué convocar esta reunión? ¿Por qué lanzar esta campaña? ¿Por qué comprar el nuevo iPhone? . Si no hay una buena razón para hacer algo, será más productivo no hacerlo.
 

El poder del enfoque


Es conocida la utilización por parte de deportistas de élite, de técnicas de visualización y de enfoque hacia resultados. Imaginar el esfuerzo físico, la preparación y el éxito final, fortalece los sentimientos de autoeficacia y optimizan la actuación. Cuando nos enfocamos en algo  se genera una predisposición hacia la meta. Es como si el Universo se confabulara con nosotros para conseguir nuestro objetivo. Todo hemos experimentado que cuando queremos cambiar de coche, de móvil o de casa y enfocamos nuestras preferencias en una marca o características concretas, aparecerán como por arte de magia, folletos, anuncios y promociones sobre el artículo en cuestión. Los veremos por la calle e incluso oiremos hablar de ellos a nuestras amistades. Igual sucede en cualquier ámbito. Cuando te enfocas en algo, instantáneamente surgen ideas y pensamientos que te dan acceso a información sobre el tema y que de otro modo no habrías llegado a tener.  Este importante filtro se denomina Sistema de activación reticular. Resulta muy clarificador y os recomiendo leáis sobre este tema, el post de Jeroen Sangers en El Canasto.

De ahí la importancia de centrar nuestro enfoque y evitar la dispersión.

Mientras que la productividad laboral puede más o menos medirse en términos cuantitativos; la productividad personal es algo mucho más subjetivo y en definitiva., sólo puede valorarla uno mismo. Quizás para ti ser productivo sea tan fácil como conseguir en todo momento cumplir con tus tareas y horario de oficina, sacar a pasear al perro, tomar unas cañas con los amigos y ver una serie de TV repanchingado en el sofá, porque con ello cumples con todas tus expectativas de estabilidad, status y desarrollo personal, mientras que otro se considera productivo cuando tiene llena su agenda de actividades y nuevos retos.

Puede que la abeja de la foto inicial, se considere más productiva por llevarse las flores a casa. Lo importante es no engañarse y darle a todo un sentido.

Que tengáis un buen día.
Montse 


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11 comentarios:

  1. Hola Montse,

    Me ha parecido muy acertado el artículo. Cuanto más aprendes a ser productivo más posible es que empieces a dudar de lo que haces, como si las acciones tuviesen más valor que el pensar o el diseñar una estrategia. Por eso tu artículo cumple una función de reafimación que me parece tan acertada.

    Un saludo!

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    1. @Iago Fraga

      Efectivamente muchas veces afanosos por ser productivos nos lanzamos a actuar sin planificación y perspectiva. Un saludo.

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  2. Muy interesante, me gusta mucho este blog.

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    1. @Psicología Barcelona: Muchas gracias por tu elogio. No dudes en aportar tus ideas, comentarios y sugerencias. Todo ello aporta valor al contenido del blog. Saludos

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    1. @Psicologos Madrid: Muchas gracias por el comentario. Os animo a aportar siempre que queráis, vuestros comentarios y sugerencias. Saludos.

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  4. El término productividad implica muchos aspectos de la persona que normalmente en las empresas no tienen en cuenta. Y el hacer muchas cosas tampoco significa que seamos muy productivos. Os dejo un link muy interesante sobre los indicadores de la productividad.

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  5. @Juana Efectivamente hacer muchas cosas no significa hacer las adecuadas. Gracias por tu comentario y por el link. De hecho la web de WorkMeter está en mi blogroll por sus interesantes aportaciones sobre productividad. Saludos.

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  6. Muy buen artículo, hoy en día ser productivo se considera hacer muchas cosas en poco tiempo, pero no nos paramos a pensar en las acciones y en las consecuencias de lo que hacemos.

    Enhorabuena por el blog.

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    1. @Fine&You Muchas gracias por vuestro comentario. No dudéis en aportar vuestras opiniones siempre que queráis. Los comentarios enriquecen el contenido del blog!!!!!. Saludos.

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  7. Muchas veces nos "obsesionamos" con el hecho de ser productivo y perdemos la esencia de nuestras acciones. Cuando aprendemos a ser productivos empezamos a dudar, como muy bien se ha comentado, de todo aquello que somos capaces a hacer o crear y perdemos esa esencia natural propia y las ganas muchas veces. Parece que el valor de todo lo que hacemos pese más que cualquier otra cosa. Me resulta un artículo muy interesante y acertado. Saludos!!

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